lunes, 12 de enero de 2015

Hepatitis c

La hepatitis C es una enfermedad infecciosa que afecta principalmente al hígado y es causada por el virus de la hepatitis C (VHC). La infección aguda es por lo general asintomática, pero la infección crónica puede producir lesión en el hígado y a la larga originar cirrosis. En algunos casos, los pacientes con cirrosis también presentan insuficiencia hepática,cáncer de hígado y varices esofágicas potencialmente fatales.La hepatitis C se contrae principalmente mediante el contacto con sangre contaminada asociado con el consumo de drogas por vía intravenosa, el uso de instrumental médico no esterilizado y lastransfusiones de sangre no testadas previamente, esta última vía antes muy frecuente actualmente ha desaparecido prácticamente en la mayor parte de los países por los controles exhaustivos sobre la sangre y hemoderivados. Se estima que ENTRE 130 y 170 millones de personas en el mundo están infectadas con hepatitis C. La existencia de hepatitis C (originalmente «hepatitis no A no B») fue postulada en la década de 1970 y confirmada en 1989.

El virus persiste en el hígado de FORMA crónica en alrededor del 85% de los pacientes infectados. Esta infección persistente puede tratarse con medicamentos: la terapia habitual para tratar la hepatitis C es una combinación de Interferón pegilado y ribavirina, en algunos casos se añaden telaprevir y boceprevir. En general, entre el 50 y el 80 por ciento de las personas que reciben tratamiento se curan. Algunas de las complicaciones de la hepatitis C a largo plazo son la cirrosis hepática y elcancer de hígado, pudiendo ser necesario COMO tratamiento untrasplante de hígado. La hepatitis C es la causa principal de trasplante de hígado; sin embargo, el virus suele recurrir después del trasplante. Actualmente (2014) no existe ninguna vacuna preventiva frente a la hepatitis C, por lo cual para evitarla es imprescindible seguir las medidas de profilaxis recomendadas, entre ellas no compartir agujas y utilizar preservativo en las relaciones sexuales
TRATAMIENTO:
El tratamiento farmacológico más eficaz se basa en la asociación de interferón, administrado por vía subcutánea, con otro fármaco antiviral llamado ribavirina, por vía oral. A lo largo de los años han existido varias formas de administrar interferón: una vez al día, 3 a 5 veces por semana, etcétera, pero las formas pegiladas actuales permiten que solo sea necesario una dosis a la semana. Desde 2012 existen 2 nuevos fármacos para el tratamiento de la hepatitis C: telaprevir yboceprevir, se añaden al tratamiento combinado de interferón pegilado y ribavirina y consiguen mejorar la proporción de pacientes curados. También son útiles para tratar pacientes en los que han fracasado otras pautas de tratamiento. En enero de 2014 la Agencia Europea del Medicamento aprueba el uso de sofosbuvir para el tratamiento de la hepatitis C, en asociación a interferón y ribavirina, reduciendo el tiempo de tratamiento a 12 o 24 semanas en algunos casos. En el año 2014, la financiación de este fármaco por los sistemas públicos de salud de diferentes países está sujeta a restricciones, debidas al elevado coste de la sustancia. Se están investigando otras sustancias que han presentado resultados prometedores en los ensayos clínicos, entre ellas el daclatasvir.

Eficacia del tratamiento

El porcentaje de éxito (eliminación del virus en sangre mantenida hasta un año después de terminado el tratamiento) es algo superior al 50 por ciento, según el tipo de virus y el tratamiento realizado. El virus 1b es el más difícil de curar y requiere tratamiento de un año. La respuesta es aproximadamente 50 por ciento para el genotipo 1 y 80 por ciento para los genotipos 2 y 3. En estos últimos se realiza tratamiento durante 6 meses. El fracaso del primer tratamiento implica la revisión del caso, en ocasiones se recomienda un segundo tratamiento con fármacos diferentes.

Efectos secundarios

Los efectos secundarios del interferón son numerosos, la mayoría incluidos en lo que se llama síndrome gripal. Al cabo de los meses provoca pérdida de masa muscular. Todos estos síntomas revierten al finalizar el tratamiento. Uno de los efectos secundarios más importantes de la ribavirina es que puede provocar anomalías congénitas en los hijos de un paciente recientemente tratado, por ejemplo deformidades físicas o alteraciones en el desarrollo mental (efecto teratogénico). Por esta razón los médicos aconsejan no engendrar sino hasta 6 meses después de finalizado el tratamiento, y la Asociación Española de Enfermos de Hepatitis C sugiere alargar este periodo a un año, para más seguridad. Otro efecto adverso frecuente es la anemia, que en muchos pacientes obliga a administrar eritropoyetina, para normalizar los valores del hematocrito.